
Se acopian en el calendario de nuevo días de cálidos, los mismos que llevan a mis dedos la esencia de la piel que no roce.
Enterraré esta angustia que conduce al pecado, obligándome a olvidar que busco tu aroma en cada rincón de esta estúpida ciudad...
Enterraré esta angustia que conduce al pecado, obligándome a olvidar que busco tu aroma en cada rincón de esta estúpida ciudad...